Luis Ccosi Salas - La Maqueta de Machu Picchu
La maqueta de Machu Picchu
Muchos de los que "peinamos canas", tuvimos nuestro primer contacto con las ruinas de Machu Picchu por medio de la maqueta que se exhibe en el Museo de Arqueología de Pueblo Libre. Aún recuerdo cuando hicimos una visita al museo con el colegio, a mitad del siglo pasado. Años después logré visitar Machu Picchu y admirar esta gran maravilla.
En el siglo pasado no era fácil viajar a Machi Picchu y recién en la segunda mitad del siglo XX se hicieron habituales las visitas de turistas nacionales y extranjeros.
No había carretera al Cusco y solo un vuelo diario por la línea aérea Faucett y un vagón de tren desde el Cusco, donde nunca había suficiente espacio, nos comunicaba con Machu Picchu. Ahora tenemos excelentes carreteras y más de 15 vuelos diarios al Cusco y los trenes más modernos facilitan el viaje.
En esa época tampoco había fotografía digital ni computadoras y ahora nos resulta difícil imaginar las dificultades que se tuvieron que vencer para construir esta maqueta, con rigurosa fidelidad con las ruinas.
La maqueta de las ruinas que se exhibe actualmente en el Museo Antropológico de Pueblo Libre
es solo una parte de la maqueta original.
Aquí les presentamos un informe detallado y con una selección de imágenes que nos ayudará a aclarar y entender mejor el tema.
En 1942 organizó Julio C. Tello una expedición arqueológica al valle del Urubamba con los auspicios del Museo Nacional de Antropología y Arqueología y la Wenner Gren Fundation de Nueva York.
Se exploraron los valles de Jauja, Huancayo y Huanta, llegando a Ayacucho, explorando las ruinas de Wakaurara, Vilcashuamán y Pomacocha.
En la cuenca del río Vilcanota llegan a Qoriwairachina y Phuyupatamarka determinando el origen netamente incaico de estas ruinas.
En agosto de este año exploran Ollantaytambo, descubriendo poco después las ruinas de Wiñaywayna (a cinco kilómetros de Machu Picchu) llegando finalmente a esta famosa zona arqueológica.
Recorren todos sus sectores, subiendo al Huaynapicchu y recorriendo sus alrededores Despues de admirar Machu Picchu en todo su esplendor, retornan a Wiñaywayna, donde machete en mano libran la zona de vegetación, levantando algunas piedras caídas en una operación que duró dos meses.
Este equipo estuvo integrado por Manuel Chávez Ballón, Pedro Rojas Ponce, Julio Espejo Núñez, Genaro Farfán, Hernán Ponce Sánchez y Luis Ccosi Salas, este último un joven escultor y dibujante puneño que se había convertido en uno de los ayudantes predilectos de Tello.
De vuelta al Cusco, toman contacto con las autoridades locales y recorren Sacsayhuamán, Kenko, Pukapukara y Tambomachay, retornando finalmente a Lima con un amplio bagaje de material arqueológico, libretas con apuntes, dibujos y mucha información.
En Lima, llama Julio C. Tello a Luis Ccosi y le encarga una importante misión: volver a Machu Picchu, hacer un levantamiento detallado y minucioso de toda la zona y preparar una gran maqueta de las ruinas.
Luis Ccosi lo cuenta así en uno de sus informes:
“Terminados los trabajos del descubrimiento de las ruinas de "Wiñay Wayna" por el Dr. Julio C. Tello, pasamos a las ruinas de Machu-Picchu en noviembre de 1942. En esa fecha se vió que era necesario levantar una maqueta de las ruinas para estudiarlas mejor y como medio eficaz de hacerla conocer al público.
Terminada la maqueta de "Wiñay-Wayna" y los arreglos en el Museo, cuando se fusionaron los de Alfonso Ugprte y el de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dispuso el Dr. Tello se comenzara el estudio de la maqueta, aprovechando que la Corporación Nacional de Turismo en los primeros meses de 1947 iba a comenzar los trabajos de reparación en Machu-Piechu, pero la enfermedad, luego la muerte del Dr. Tello, en Junio de ese año, paralizó el proyecto.”
Finalmente en junio de 1948 pudo Ccosi hacer el viaje a Machu Picchu, donde permaneció por cuatro meses en un improvisado campamento, levantando planos, dibujos detallados, midiendo las piedras y recopilando la información minuciosa y detallada para preparar una reproducción perfecta a escala de 1:100
“Permanecí en un campamento dentro de las ruinas hasta Octubre de dicho año, luego de cumplir con la otra misión, es decir, el de traer los calcos de todos los monolitos de Pucará, estando de regreso en Lima en Diciembre de 1948. En los primeros meses del año 1949 desarrollé los moldes traídos, luego los planos y apuntes de las ruinas a la escala convenida pero surgieron dificultades económicas para emprender su desarrollo en maqueta.”
En los meses siguientes, construir esta maqueta se convirtió para Luis Ccosi casi en una obsesión. Tenía que cumplir con el encargo del maestro Julio C. Tello con esta gran ofrenda póstuma.
En mayo de 1950 se inician finalmente los trabajos, pero en noviembre de ese mismo año se suspendieron nuevamente por orden de la dirección del museo. Evidentemente la dirección del museo tenía en ese momento otras prioridades. Recién en febrero de 1952 se reanudaron los trabajos por disposición de la Resolución Ministerial 831 del 8 de febrero de 1952.
El detalle de todos estos problemas pueden encontrarlo en el Informe presentado por Luis Ccosi del 7 de mayo de 1953 que publicamos por separado.
Finalmente se terminó la maqueta en 1955. Al año siguiente, en 1956 se suprimió el taller de esculturas y maquetas del Museo.
El trabajo compuesto por 10 fracciones, se hallaba inicialmente armado en el Museo de la Cultura de la Av. Alfonso Ugarte, y después de ser trasladada varias veces, la maqueto volvió al Museo Nacional de Arqueología de Pueblo Libre.
En la obra de Luis Ccosi Salas se encuentra reproducida al centésimo la Ciudad Sagrada de los Incas. Las 153 habitaciones; 34 de doble planta y 37 huayronas; las 17 cisternas, el gran canal, el torreón, las murallas y parapetos, los andenes y viviendas, el Intihuatana y las tres ventanas de Tamputoco que miran al Levante, todo con una minuciosidad, precisión y realismo que la observación del mas perspicaz visitante, no lograría apreciar sino después de varios meses.
La maqueta mide 10m largo x 4m de ancho x 2.50 alto a una escala de 1/100
Esta obra iniciada por inspiración del Sr. Julio C. Tello y concluida como homenaje póstumo, puede servir justamente para quienes han de emprender la tarea de conservación y defensa de las piedras milenarias que guardan siglos de nuestra historia, sobre el empinado pico, que besa el serpenteante Vilcanota.
En verdad que tal calificativo merece la maqueta de las ruinas de Machu-Picchu, que se exhibe actualmente en la Sala Tahuantinsuyo del Museo Nacional de Arqueología de Pueblo Libre. Es obra del escultor Luis Ccosi Salas, antiguo empleado del Museo de Antropología, institución en la que ha dejado una huella de esforzada y meritoria labor. Fue colaborador cercano del Dr. Julio C. Tello padre de la arqueología peruana. Precisamente, a raíz de una visita que el sabio peruano realizó con sus colaboradores a las ruinas de la imponente ciudadela, encargó a Ccosi Salas la realización de una gran maqueta del grupo arqueológico.
Ccosi Salas, posteriormente, estuvo en Machu-Pichu cuatro largos meses, efectuando mediciones y apuntes para el proyecto y levantando cientos de planos, dibujando miles de láminas con cada uno de los detalles más importantes y sugestivos de las ruinas. Con la más completa documentación, regresó a Lima e inició la obra. De esto ha pasado mas de medio siglo. Por diversas razones, los trabajos tuvieron que ser suspendidos en varias oportunidades, pero, al fin, merced a su empeño y a su deseo de ver culminada su obra que era un homenaje a la memoria del esclarecido hombre de ciencia de quien partió la idea, la maqueta quedó terminada.
Tiene la maqueta diez metros de largo, cuatro de ancho y más de tres metros de altura. Reproduce a escala todo el sector arqueológico de Machu Picchu, hasta las construcciones que permanecían escondidas por la vegetación. Nada ha escapado a la mirada acuciosa de Ccosi Salas. Le ha ayudado en este trabajo su veneración por el pasado, su amor a la tierra y su encendido sentimiento peruanista. Luis Ccosi Salas, natural de Puno, es un artista indio que ha heredado las cualidades de los maestros antiguos. Trabajó en forma infatigable por amor exclusivo al arte, sin pensar nunca en ver recompensado su esfuerzo. Vivió modestamente, como todos los grandes artistas, pero dictando una permanente lección de esfuerzo, de dedicación y sobre todo, demostrando por donde iba, que era un artista.
La obra que ha dejado Ccosi Salas es notable. En el futuro, creemos, todo aquel que desee conocer las ruinas de Machu-Pichu. sea nacional o extranjero, simple turista o investigador, deberá primero acercarse a la maqueta del Museo de la Cultura y estudiar, abarcando el panorama completo, la majestuosa ciudadela. Así comprenderá mejor la grandeza de este nido de cóndores que levantaron los arquitectos del viejo Perú para asombro de la humanidad.
La cultura nacional debe agradecer a Luis Ccosi Salas su valiosa contribución. Esa maqueta vale más que cualquier tratado sobre Machu-Pichu. Con el paso de los años, Machu Picchu se ha convertido en el centro de atracción y símbolo de nuestro país ante el mundo.
Fue un camimante indesmayable de nuestro territorio, tal vez uno de los pocos que conoció profundamente los secretos de la arquitectura antigua. Luis Ccosi Salas tenía una intuición especial para identificar todo lo que es milenario, un hombre que se ubicó entre la sencillez y la trascendencia que nunca pasan inadvertidos en el trayecto de la historia de los pueblos.
Desempeñó cargos de dibujante, maquetista y escultor del eminente Julio C. Tello y en cada uno de sus trabajos se refleja e identifican las palabras de su maestro: "“Si todos encontramos el camino hacia el Perú de ayer tendríamos nuestra propia cultura'.
"Yo soy de la promoción 1930 de la Escuela de Bellas Artes, mis maestros fueron Artemio Ocaña y Luis Agurto, - decía Ccosi - del arte antiguo los mochicas, chimús, chavines y nazcas, grandes creadores de nuestro pasado fabuloso en los campos de la arquitectura y el arte".
"Él Dr. Julio C. Tello, siempre me animó en la ejecución de las maquetas, que representan obras arquitectónicas del antiguo Perú; también me daba confianza cuando trabajaba los "Huacos Maquetas" que son la identificación de mi arte y pasión por el pasado de mi pueblo".
Fué incansable en el reconocimiento de todo el ámbito de la antigüedad de nuestro pueblo, discípulo predilecto de Tello, siguió buscando las huellas y evidencias del pasado peruano, transformándolas en arte con sus delicadas y al mismo tiempo rudas manos de artista popular.
En sus años de estudiante, Ccosi estuvo al lado, de prominentes arqueólogos e historiadores como Luis E, Valcárcel, Rafael Larco Hoyle, Benner, Max Uhle, etc. Todo lo que aprendió al lado de ellos, lo que vió al lado de ellos, lo reprodujo a escala para convertirlo en obras accesibles a las mayorías.
Trajinó por Vilcabamba, Ayacucho y Machu Picchu, por Chavín, Kuelap, Paracas siguiendo las huellos del camino que nos señalaron los antiguos peruanos. Continuó con los trabajos arquitectónicos, sobre todo interpretando en sus esculturas todo el valor artístico del Perú antiguo, lugares donde existían cosas maravillosas que hay que darle vida para que los conozca la gran masa que es el pueblo.
El Dr. Chavez Bailón al referirse a los trabajos de Ccosi manifestaba: “Está haciendo un puente entre e! pasado y e! presente mediante otras interpretaciones, hay un eslabón que se ha perdido, entre la cultura autóctona peruana y .la actual, la que estamos viviendo hoy y la que se formó a miles de kilómetros de la otra que naciera en el Perú antiguo. Luis Ccosi Salas a través de sus obra tiende el puente cultural y trae en cada una de las piezas un mensaje de nuestros ancestros en e! idioma actual".
Ciro Alegría definió su obra en una oportunidad como "Arte autóctono inspirado en los originarios'. Así lo demostró Ccosi cuando el Dr. Julio C. Tello en 1942 le preguntó si él era capaz de hacer la maqueta de Machu Picchu, a lo que contestó que sí, cosa qué consiguió después de muchas dificultades en 1955, presentando la obra como un homenaje póstumo a su maestro y amigo."
Las Maquetas son representaciones a escala de ruinas o monumentos arqueólogicos y los "Huacos Maquetas" son interpretaciones o desarrollos de ceramios maquetas. Los "Huacos. Maquetas" en sí son las Interpretaciones de los cerámicos antiguos con motivos arquitectónicos.
El Dr. Julio C. Tello tuvo mucho afán de trasladar en maquetas arqueológicas todos los monumentos que descubrió e interpretó como son los huacos maquetas que siempre trató de reconstruir. La obra quedó paralizada con su muerte hace 30 años y es la que trató de rescatar y continuar Ccosi y siguió trabajando por muchos años en beneficio de la recuperación de nuestros monumentos arqueológicos y nuestro pasado.
"El Dr. Tello nos decía que arqueología es reconstruir, no se debe presentar ruinas de ruinas - decía Ccosi - los arqueólogos tienen temor a la reconstrucción, nuestros monumentos coloniales siempre han sido reconstruidos y los arqueológicos no. Tello pedía que se reconstruyeran las ruinas arqueológicas".
En los trabajos de Luis Ccosi Salas existen proyectos de maquetas como la 'Ciudad Sagrada de Pachacamac" y su 'Templo del Sol", encargados por Tello. También ha elaborado el proyecto del "grupo Cinco Cerritos' o "Mateo Salado" que se encuentran en Pueblo Libre que está desapareciendo por causa del urbanismo y la invasión de pueblos jóvenes.
La "Huaca El Dragón*' o "Arco Iris" que es una joya con filigranas y adornos hermosísimos. La Huaca "La Esmeralda" en Mansiche - Chan-Chán donde existen elementos en proceso de destrucción. Luis E. Valcárcel hace medio siglo ya nos decía que: "En la zona de Lima, más de un centenar de monumentos arqueológicos han desaparecido" y actualmente son muchos más.
Los arquitectos modernos que van a Machu Picchu encontrarán muchas partes destruidas y en futuros trabajos de restauración hay que tener en cuenta las maquetas, sin las que pienso no se podría trabajar en este tipo de actividad. Por ejemplo cuando laboraba con el Dr. Tello en 1942 se proyectó la maqueta de Machu Picchu, gran parte de estas ruinas estaban en proceso de destrucción por efecto de las lluvias y vientos, lo que quiere decir que las maquetas sirven parta proyectarse".
Actualmente los artistas y arqueólogos tienen mejores herramientas, siendo más sencillo, fotografiar, filmar, crear diagramas y representaciones virtuales interactivas de nuestro legado arquitectónico. Lo que no debe cambiar es la mística que nos debe dominar para rescatar y difundir la imagen imperecedera de nuestro pueblo.
DIBUJOS ELABORADOS EN MACHU PICCHU POR LUIS CCOSI EN EL AÑO 1947
En base a estos dibujos se preparó años después la gran maqueta de las ruinas de Machu Picchu que se exhibe (parcialmente) hasta nuestros días en el Museo de Arqueología y Antropología.
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